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sábado, 15 de abril de 2017

Las razones por las que me gustó 13 Reasons Why



La serie de Netflix basada en el libro homónimo de Jay Asher ha causado gran revuelo desde que todos los capítulos fueron liberados en la plataforma de streaming. Desde su anunció el hype entre los seguidores ha ido creciendo, pero creo que pocos hubiéramos pensado el alcance que esta serie tendría.

Como anécdota personal, debo admitir que tarde en ponerme al corriente. Veía día y noche en redes sociales a la gente sufriendo por lo que veían, y mi curiosidad aumentaba. Pero entre finales y en terminar Iron Fist estaba aplazando ver la serie. Dicho sea de paso, no he leído el libro, no tengo como comparar la versión original con la versión audiovisual, pero eso nunca me ha impedido disfrutar algo.

Hace poco menos de una semana que comencé la serie, un poco escéptico puesto que creí que la gente exageraba un poco con la importancia de la serie. Sólo necesite el primer episodio para quedar prendado de la historia.

Más que hacer una reseña aquí, quería hacerles un artículo de por qué esta serie fue muy buena para mí y significo tanto; y quiero hacerlo desmenuzandola por partes.

Primero quiero hablarles de la calidad de producción, que es donde mis ideas mezcladas prevalecen más. El montaje me pareció hermoso por el manejo de luz y de color. La manera en que se mezcla la actualidad en tonos fríos, siempre con tintes azules, comparados con el pasado, los recuerdos de Clay y el como imaginaba la vida de Hannah, que siempre eran tonos cálidos, rojos y anaranjados. No se notaban mucho hasta que se superponían y eras capaz de ver la diferencia.

Hubo solamente como dos escenas que estaban mal armadas, con cambios de luz y de tomas muy abruptos. Pero en su mayoría me pareció un trabajo bien hecho.

El soundtrack es algo que apoya mucho la tensión dramática de la serie. A pesar de que utiliza canciones de Joy Division o The Cure, o la misma Selena Gomez hizo un par de temas para el show; todo tiene un aire indie y pude conocer nuevos artistas, como Lord Huron (su canción se usa para una escena importante de Hannah y Clay) o Vance Joy.

Las actuaciones fueron excelentes, muy a la altura de las difíciles situaciones que tienen que representar. Sé que a final de cuentas son adolescentes, pero tienen que enfrentar situaciones maduras que, aunque no lo crean, son más comunes en esta generación de lo que parecen: depresión, alcoholismo, drogas, bulling, y presiones sexuales.


La mayoria del cast son actores que apenas empiezan en el medio. A excepción de Minnete, que si bien no tiene un gran curriculum a cuestas, ya cuenta con participaciones en películas como Prisioneros, Pesadillas No respires; y Kate Walsh que participó en Grey's Anathomy. Katherine Langford es una joven revelación a mi parecer. Tuvo la tarea de dar vida al personaje con mayor peso emocional en la historia, Hannah Baker, y tener que vivir esa deconstrucción fue una labor muy bien hecha.

Mucho se ha dicho, sobre que está serie sensibiliza, que hace llorar a sus expectadores, y no es para mismo. Yo mismo he derramado lagrimas con dos episodios en particular. No diré cuales son para no dar spoilers. Sin embargo, más allá de ser una serie lacrimogena, el show tiene mucho más merito.

He leído muchas burlas sobre el show, sobre las razones de Hannah, que no les parecían razones de peso (y ojo no estoy apoyando el suicidio y no considero que exista algún motivo de peso para provocar tu muerte); pero creo que las personas que no han estado en situaciones así son incapaces de comprender.

El punto de recorrer las 13 cintas es ver como Hannah se va perdiendo en ella misma, perdiendo su identidad poco a poco. Los sucesos así parecen accidentes aíslados, pero cuando los analizas en conjunto puedes ver que tan profunda era su depresión.

Sé que pueden pensar dos cosas: es una ficción y que es una serie norteamericana. Las cosas podrían parecer diferentes dependiendo el país, pero muchas veces no lo son. En México, no hay una cifra exacta de personas que padezcan está enfermedad, pero "en 2014 había 104.9 millones de personas mayores de siete años. Entre ellas, 34.85 millones declararon haberse deprimido al menos una vez: 3.35 millones se han deprimido a diario y 4.62 millones, semanalmente" (Fuentes, 2016).

Y lo más alarmante aun, la depresión infantil suele ser más común. "Para el grupo de cinco a nueve años de edad, en 2014, únicamente en tres entidades no se registraron casos. En el resto, las que presentan los valores más elevados son: Ciudad de México, con 53.65 casos por cada 100 mil niñas y niños en el grupo etario; Morelos, con 26.86; Campeche, con 15.7; Tabasco, con 14.7, y Coahuila con 8.1 casos por cada 100 mil en el grupo de edad." (Fuentes, 2016).

A lo que voy con estas cifras es que la depresión, y me refiero a la enfermedad real, no aquella que necesitas publicarla en facebook o presumirsela a tus amigos; no tiene una discriminación, puede afectar a cualquier y se magnifica cuando factores externos llegan, como el bulling, el ciber acoso, o el rechazo de las personas que están a tu alrededor. 

Los síntomas son diferentes para cada persona, no se trata solamente de querer llorar: Estos van desde "Estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces. Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño. Cambio grande en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso. Cansancio y falta de energía. Sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa. Dificultad para concentrarse. Movimientos lentos o rápidos. Inactividad y retraimiento de las actividades usuales. Sentimientos de desesperanza y abandono. Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio. Pérdida de placer en actividades que suelen hacerlo feliz." (Mediline, 2017). 

Quizás a estas alturas del artículo no debería hablar sobre mí, sino de algún caso en general. Pero me gustaría contar lo que significo la historia para mí. Más allá de enseñarnos como las pequeñas acciones pueden tener repercusiones graves, y que debemos ser buenos con los demás (no deberíamos necesitar una serie para saber esto); la historia me hizo revivir muchos momentos de los últimos años. Sí, ya sé, ya no soy un adolescente, pero hay personas que parecen creer que los adultos no podemos tener problemas emocionales, y que buscar ayuda es algo denigrante. Con esta perspectiva, está serie me ayudo a entender muchas cosas. No somos casos aislados, esto pasa todos los días y en todas las edades. 

Por suerte, mi depresión nunca llegó a niveles graves; pero creo que en el show vemos un espectro muy grande de esta enfermedad. Digamos que solo llegué al episodio 7 en un nivel de depresión. Pero no fue nada agradable. Es como dijo Hannah en un episodio. Es como estar ahogándote, sintiendo que tus pulmones no funcionan y nadie te va a lanzar un salvavidas. 

A lo que voy con todo esto, es que la serie me ayudó mucho a comprender que: 1) lo que sucede es común, más no algo con lo que tengamos que vivir; 2) que hay una solución pero que a veces es muy difícil buscarla y 3) que no soy el único que pasa por cosas similares, no es algo por lo que estar avergonzado y que no es malo buscar ayuda.

Espero que, si bien podría parecer una serie más para varios, signifique algo para personas que hayan pasado o estén pasando por situaciones similares a la mía y que no teman buscar ayuda. Y también a las demás personas que si alguien necesite de su apoyo puedan brindarlo y no minimizar sus problemas.

Estamos muy lejos de ser una sociedad idónea, donde las enfermedades sean tratadas con dignidad, pero si materiales como este logran cambiar un poco a las personas, consideraré que aun hay esperanza.



Fuentes:

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